A solas ante el Universo

Una manchega dejando de sobrevivir y empezando a vivir en el lejano oeste

Aquellos días llovió a mares en el desierto. Había cumplido ya una semana sobreviviendo, que no viviendo, en Tucson. Al menos, ya había empezado a sentirme algo más cómoda en general: las picaduras de los chinches habían empezado a mejorar bastante con la medicación que me había dado la doctora, mis piernas ya tenían un tamaño casi normal, aunque aún seguía teniendo las varias decenas de señales moradas de las picaduras por las piernas. Al menos ya no me picaban, lo cuál era un gran alivio. El hotel en que me estaba quedando era muy cómodo, y además tenía todo lo que necesitaba para lavar toda mi ropa y secarla, para asegurarme que ninguno de esos chinches quedaba vivo por ninguna parte. Aun así, nadie puede asegurarte al 100% que no quede ninguno vivo… he llegado a leer que los puñeteros son capaces de vivir sin comer hasta ¡¡1 año!! Así que nunca me quedé tranquila del todo…

Durante esos días, aprovechando la lluvia, hice una lista de apartamentos que visitar por todo Tucson. Los consejos que me dieron para seleccionar a los candidatos fueron los siguientes: no busques apartamento más al sur de la calle 22, hay mucha criminalidad ^, mejor busca en la parte norte, a las afueras de la ciudad, aunque vas a tener que comprarte un coche antes que los muebles de la casa (visto lo visto, JAMÁS se me ocurrirá irme a vivir a una casa amueblada de alguiler). Cerca de la universidad mejor ni busques, está todo lleno de estudiantes§ y en general todo es más caro y de peor calidad. Yo al principio no entendía cuál era el problema de que hubiera estudiantes de la Universidad viviendo cerca. Luego ya entendí que el concepto que tienen en este país de “ir a la Universidad” es totalmente diferente del que tenemos en Europa en general. En Europa la gente que va a la Universidad va realmente a estudiar, con sus excepciones claro. Además, prácticamente todo el mundo tiene acceso a la Universidad. Aquí el concepto es totalmente diferente. La Universidad es privada y la matrícula cuesta varias decenas de miles de dólares. Además, debido a que todo el mundo paga un dineral, se da por supuesto que todo el mundo tiene que, no sólo aprobar, sino que además sacar buenas notas. Sobre todo si el/la estudiante en concreto está jugando para el equipo de fútbol americano/basket/softball/natación/hockey/tenis, etc, etc, de la Universidad. En ese caso, hasta se les “ayuda” porque los “pobres” están muy “ocupados” con sus respectivos deportes. Y es que, la mayor fuente de dinero para las universidades en EE.UU. son los deportes. Todo el mundo está loco por ver los deportes de la universidad y pagan bastante dinero para ir a los partidos. Esto significa que en EE.UU. las universidades están para: venir a hacer deporte,  venir a buscar futuros contactos/amigos para hacer negocios en el futuro a través de las fiestas universitarias, venir a buscar novio/novia en tu fraternidad, y luego, a estudiar. ¿Y cuáles son las vías de entrada a las universidades de EE.UU si las matrículas son tan caras? 1/ eres un genio y te dan beca, 2/ te apuntas al equipo de tenis/basket/fútbol americano o el deporte que sea y se te perdona la matrícula 3/ te apuntas a las “cheerleaders”, 4/ te endeudas con el banco hasta las cejas para los próximos 20 años, 5/ papi paga.

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Cheer Leaders de la Universidad de Arizona

Total, sabiendo todo esto, me alquilé un “coche”§ y me dispuse a buscar apartamento por el norte de Tucson. Visto lo visto, cualquiera no seguía los consejos que me habían dado… Así que agarré mi ranchera y durante ese fin de semana me dispuse a visitar todos los apartamentos que pudiera, previa consulta de todos los reviews que me encontrara de esos apartamentos por internet. La búsqueda fue en verdad una odisea: todo el mundo era “super simpático”&, pero en general casi todos sitios tenían unos reviews penosos: o habían robado coches, o había ratas, o había cucarachas, o escorpiones… lo menos grave que la gente escribía es que la piscina de los apartamentos estaba sucia o que el jacuzzi no tenía burbujas… Y si no había malos reviews te pedían 1000$ al menos por un apartamento de una habitación… Después de varios días buscando, me decidí por uno… estaba en un sitio maravilloso, donde creo que se concentran el 10% de los árboles que hay en todo Tucson… me decidí por un apartamento en un segundo piso, pero luego me dijeron que “no iba a estar disponible hasta dentro de 2 semanas” y que  me ofrecían otro por sólo casi 100$ más al mes. ¡Siempre alguna excusa para hacerte pagar más por algo que saben que quieres! Pero como no podía quedarme eternamente en mi hotel lujoso, acepté. El apartamento que me dieron era un bajo, con unos ventanales muy bonitos, pero sin barrotes. Eso como española me chirriaba un poco, porque me imaginaba a cualquier ladrón tirando una piedra y entrando a robar a mi casa… pero bueno, ya se sabe que en EE.UU. la ley es la opuesta a Europa: si alguien entra en tu propiedad, prevalece tu derecho a “protegerla”, con lo cual, puedes darle un tiro, matarlo, y todo el mundo te aplaudirá, porque estás “defendiendo tu propiedad”. Eso como europea no me dejaba nada pero que nada tranquila, ya que comprarme un rifle de asalto no estaba entre mis planes más inmediatos, ¡lo que me faltaba! Las señoras que me enseñaron el apartamento me juraron y perjuraron que ahí nunca pasaba nada, y que después de las 9 de la noche, los únicos que merodean por el conjunto son los coyotes.

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Nueva casa en Tucson

Unos días más tarde me mudé a mi nueva casa. Estaba totalmente vacía, con excepción de los muebles de cocina. Había eco. Pero el apartamento tenía muy buen aspecto. Los siguientes días, aunque dormí en un colchón inflable durante al menos 2 semanas, los disfruté bastante, más por el día que por la noche: por el día pasaban delante de mi ventana todo tipo de animales, pajaritos, palomas, conejos, alguna mofeta… por la noche sólo oía pasos… pasos de jabalíes, alguna lechuza, y a ratos gritos y voces… al principio me pareció (honestamente), gente de fiesta, y luego me dijeron que eran coyotes. Daba algo de miedo… sólo se oía el silencio de la noche, y de vez en cuando los coyotes aullando en la soledad de la noche… *

^ Estadísticas de criminalidad de Tucson: https://www.tucsonaz.gov/police/statistics

 § El “coche” más pequeño que tenían era una ranchera Nissan gigante en la que cabían 2 vacas porque el resto de coches los habían alquilado para el fin de semana…

& Ese “super-simpático” que gasta la gente en este país cuando quiere venderte cualquier cosa, pero en verdad, una vez que compres “si te he visto no me acuerdo”.

* Aullido del coyote: https://www.youtube.com/watch?v=2RMGGV32raE

3 respuestas a «A solas ante el Universo»

  1. Pero si tienes hasta naranjas por lo que se ve en la foto. Para ser occidentales también ¡qué choque cultural tan grande! Siempre he tenido la impresión de que los americanos son capaces de vivir y sobrevivir casi en cualquier sitio, de cualquier manera y casi en cualquier circunstancia…y por lo que cuentas, puede que sea así…te estás haciendo americana…puedes sobrevivir a todo…wonderwoman…
    Besicos desde la meseta…

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